El día de la boda es uno de los días más importantes de tu vida, quieres que todos tus amigos, familiares y compañeros de aventuras estén presenten para celebrar junto a ti. Y dentro de este selecto grupo de personas, no podría faltar tu mejor amigo, ese que te despierta por las mañanas, que te saluda a diario con la mejor energía, el mismo que te sube el ánimo en esos días que andas cabizbajo: tu perro.

Como todos sabemos el perro es el mejor amigo del hombre y  es tan cierto que un perro lo puedes llegar a considerar hasta como un miembro más de la familia. Hay  parejas que durante su noviazgo deciden compartir una mascota y cuando culminan su relación en matrimonio este es un invitado especial en la boda.

Durante los últimos años ha habido una tendencia a incluir al perro a las bodas como un invitado más, con quien compartir uno de los días más felices e inolvidables de la vida de una pareja. Sin embargo, muchos desechan esta idea ante la incertidumbre de que el perro pueda estropearla: ¿y si se escapa?, ¿y si se tira a molestar a los invitados?, ¿y si se lanza sobre la tarta?

Ante todo, debemos pensar que, para invitar a un perro se debe ir preparándolo para el día en cuestión: para que se acostumbre a un nuevo entorno, para que sepa qué tiene que hacer.