Entender estas etapas puede ayudarnos a tener una mayor comprensión de las emociones que experimentamos .

Las 7 etapas posteriores a terminar una relación
Las 7 etapas posteriores a terminar una relación

Desconcierto. Hay dos tipos de rupturas, está la que pasas pero sabes que el final era inminente y sufres pero de alguna manera sabías que llegaría y está el que llega sin avisar. Todo estaba bien (al menos según tú) y de pronto te llega la noticia. No sabes cómo reaccionar porque lo primero siempre es el shock. Resulta que él o ella necesita espacio/para encontrarse a sí mismo / para enfocarse en su carrera / para lavarse el cabello / o lo que sea.

Negación. En esta etapa solo piensas que ese mal momento va pasar y que en algún momento tu pareja para correr a ti a decirte que te ama y que cometió el error más grande de su vida (porque claro, ¿quién podría no arrepetirte de dejarte?). Te niegas a borrar fotos, a cambiar tu estado o a dar la noticia masiva a todos tus contactos. Miras tu teléfono todos los días esperando la llamada y te niegas a pensar si quiera en la posibilidad de un final definitivo. Prefieres pensar en los momentos felices y vivir bajo esos recuerdos que te hacen sentir bien.

Culpa. Si pensabas que la ruptura no hubiera sido suficiente, ¡sólo espera a que el complejo de culpa ocupe su lugar! En este momento crees que todo lo que te ocurre ha sido gracias a ti, solo ves tus errores y todo aquello que hiciste mal (o pensaste que hacías mal). No dejas de mortificarte y sacarte en cara cada acción y reacción. No cabe en tu cabeza que haya habido más culpables que tú.

Ira. En este momento todos tus sentimientos son de maldad y odio porque ya entendiste que no fuiste la culpable de la ruptura (al menos no la única), no puedes creer que TÚ estás pasando por eso y peor aún que no hayas tenido la posibilidad de evitarlo. Lo único que quieres es ver mal a la otra persona, que lo aplaste un carro y que le vaya mal en todo lo que haga. Te pintas a ti misma como la personas más superada del mundo, fría y sin emociones. Literalmente pasas de princesas a bruja en un segundo y lo único que quieres es que el resto te deje de tener lástima. Sí, la ira y el enojo pueden asustarte, pero es una parte real del proceso de duelo. El momento importante es cuando reconocemos esa ira y trabajamos con ella de manera sana y segura. NO AUTOESTRUCTIVA.

Negociación. Si eventualmente te reunes con tu ex pareja puedes entablar una conversación normal porque ya pasaste la etapa de la rabia y ahora todos los sentimientos negativos no existen. Aquí es donde ves si realmente quieres volver o no con la persona. Esra conversación sirve para cerrar temas que quedaron pendientes, sanar heridas y abrir los ojos a lo que quieres para tu vida sentimental.

Depresión. Aquí es donde realmente ya sabes si las cosas se arreglan o terminan y si en el caso fuera lo último ya todo es definitivo y lo tienes claro. Nos sentimos abrumadas, indefensas e impotentes, llenas de tristeza por la pérdida que experimentamos. Sentimos que nunca jamás en la vida de las vidas, vamos a conocer a otra persona que nos haga sentir tan bien como esta última. Creemos que ya no volveremos a ser felices por nuestra cuenta, como lo fuimos con esa persona.  Tus amigos tratarán de sacarte de paseo por la ciudad, pero es evidente que no te interesa. Netflix y el sofá se convierten en parte importante de tu vida.

Aceptación. Esta es la mejor parte porque cuando pasas por la ira, la rabia, la negación y la depresión por fin sales del hoyo en el que te encuentras (al menos sentimentalmente hablando) y ves que solo puedes ir hacia arriba. Al final del proceso entiendes que todo pasa por algo y que cada proceso es importante para crecer, aquí ya no hay sentimientos negativos y ya aprendiste a dejar ir y a perdonar ( o perdonarte). Pensarás en tu ex y hasta te lo encontrarás y ya no te sentirás triste ni enojada. Has sobrevivido la batalla, y te sientes increíble al respecto.