Dejan de ser personas equilibradas.

Eso quiere decir que cuando están viviendo esa situación "no opera más la unión funcional que existe entre la mente y el cuerpo". En pocas palabras, el dolor emocional que están sintiendo las lleva a perder el equilibrio en su juicio y decisiones y eso es peligrosísimo.

Las mujeres querrán venganza. 

Dependiendo del nivel de la traición o la humillación, se puede esperar la reacción de la dama despechada. Lo único claro es que ella no se quedará con ese guardado. ¡Qué miedo!

El llamado "sexto sentido" estará alborotado en su máxima expresión.

Por eso si ella por casualidad intuye que usted la está traicionando o está a punto de hacerlo, utilizará todas sus armas (sí señor, todas) para hacerlo caer y ella quedarse con las pruebas. 

Encontrará muchas aliadas.

Si bien la solidaridad femenina es frecuentemente cuestionada, cuando una de ellas está despechada le sobrarán aliadas no solo para llorar su tristeza, sino sobretodo para planear y ejecutar su venganza.

Como finalmente usted fue el que la embarró, es decir el que la insultó con comentarios indebidos, le fue infiel, le quitó la cuota de alimentación o la dejó de querer, no importa lo que ella haga -eso incluye llamar a su jefe y hablar mal de usted, rayarle el carro, romperle un vidrio en su casa o grabarlo en secreto cuando está en la cama- siempre será la víctima y el hombre el victimario. Y la sociedad siempre es más solidaria con las víctimas, sobre todo si ellas están despechadas.