En el budismo, el camino a la felicidad inicia con el entendimiento de las causas por las que sufrimos.

Consejos budistas para ser feliz en un mundo asfixiante y caótico
Consejos budistas para ser feliz en un mundo asfixiante y caótico

Escribe una lista de las cosas que amas de la vida. Concéntrate en todas aquellas actividades que escapan de tu rutina diaria, esos pequeños momentos a lo largo del día en los que disfrutas realmente la dicha de sentirte vivo. Ya sea cuando llegas a casa después de un día de trabajo y cenas con tu pareja, el momento en que sales a correr con tu mascota o el desayuno del fin de semana, presta especial atención a lo que sientes. 

Aliméntate mejor. En algún momento de la posmodernidad, la sociedad perdió la noción sobre lo que come y llegamos al extremo de tomarlo como un tema secundario, eclipsado por las “prioridades” como las responsabilidades en el trabajo o la escuela, cuando en realidad no hay actividad más básica para el ser humano que elegir los alimentos que le dan el soporte material para el día a día. 

Mantente en movimiento. El movimiento es vida. Nada en el Universo es estático, todo se encuentra en constante cambio y para alcanzar la plenitud física y mental es necesario mantenerte activo en todos los ámbitos, con especial atención al ejercicio físico. ¿Te gusta la danza, el yoga o practicas running? Es cuestión de que te decidas. 

Toma un baño de agua helada. No todas las comodidades de la civilización son positivas para el ser humano. Una de ellas es la capacidad de tomar un baño con agua caliente, que resulta bueno de vez en cuando para la contemplación y el descanso; sin embargo, los beneficios de ducharte con agua fría después de levantarte son infinitamente superiores: notarás una mejora en tu circulación, además de alejar la depresión.

Apaga la TV y el smartphoneUtiliza tu tiempo libre de forma valiosa y olvídate de la mala costumbre de llegar a casa y desperdiciarlo en la televisión o  colgado de tus redes sociales. En vez de eso, aprende a disfrutar de la vida real, de las personas y del sinfín de actividades que tienes para estimular tu mente. Leer un libro, salir a caminar sin rumbo fijo, quedar con amigos o con tu pareja y hasta inscribirte en alguna actividad que te apasiona.

Disfruta de la naturaleza. A veces parece casi imposible encontrar un rastro de la naturaleza en las grises urbes de concreto, llenas de ruido y estrés, pero si miras bien a tu alrededor, podrás encontrar algunos sitios donde la Tierra imponga forzosamente su ley. Pon atención periódica a cómo crecen las plantas y los animales, al momento en que florecen y después se marchitan para renacer con la misma fuerza el siguiente año.