Del Príncipito aprendimos varias lecciones que podemos aplicar a la vida.

La diferencia entre querer y amar según el Principito
La diferencia entre querer y amar según el Principito

Querer a alguien inevitablemente implica esperar que esa persona nos devuelva el gesto con la misma intensidad que nosotros, cosa que en muchas ocasiones es imposible; a veces lo que queremos está muy lejos de nuestro alcance, pues simplemente lo que ella quiere no se encuentra dentro de nosotros y como consecuencia de ello, el sufrimiento invadirá cada rincón de nuestro cuerpo que, entregado aún a la confusión de conceptos, dirá que todo el dolor que siente por dentro se debe a un amor no correspondido y no a un deseo que nunca podrá concretarse.

El amor, según lo percibe el Principito, se trata de entregarlo todo sin esperar nada a cambio. Cuando actuamos con amor, lo único que esperamos es que el sujeto de nuestro amor viva con plenitud, no importa si nos corresponde o no; nuestra única recompensa será su felicidad.

Por consiguiente, cuando nos damos cuenta de que su sonrisa es sincera y llena de vida, la felicidad que transmite ese gesto en combinación con nuestro amor, nos lleva a sentirnos contentos lejos de todo deseo difícil de alcanzar. Además es darse cuenta de que entre todas las personas que existen en el mundo, no hay nadie cuyo bienestar te preocupe tanto como el de aquella a quien amas en particular.

Lo ideal sería llegar a comprender estos dos conceptos y aprender a diferenciarlos para no cometer errores en el futuro, mismos que podrían conducirnos a sufrir en lugar de disfrutar de cada momento ─bueno o malo─ en nuestras vidas; después de todo, como dice el personaje deSaint-Exupéry: no basta con entenderlo «es mejor vivirlo».