Actor argentino cuyo extraordinario talento se ha ido desarrollando a lo largo de toda una vida sobre los escenarios. Ricardo Darín debutó en el teatro cuando sólo tenía diez años, en una obra en la que actuó junto a sus padres, los actores Ricardo Darín y Renée Roxana.

De las tablas saltó a la pantalla, y alcanzó gran popularidad en las series de televisión de Alberto Migré, cuyas adaptaciones al teatro representó también con gran éxito en la década de 1980. En los años noventa, su papel en la comedia televisiva Mi cuñado lo consagraría definitivamente como estrella de televisión.

Mientras se consolidaba su carrera en la televisión, Darín simultaneó su trabajo con el teatro y el cine. Sobre las tablas interpretó, entre otras, Sugar, Extraña pareja, Taxi, Necesito un tenor y Algo en común, por la que fue distinguido como mejor actor dramático en 1996 y obtuvo el premio Estrella de Mar en 1997. Darín se estrenó en el cine en 1968 con la película La culpa, a la que han seguido una veintena de títulos más. La crítica destacó, entre otros, sus papeles en La Rabona (1978), de Mario David; La carpa del amor (1979), de Adolfo Aristarain; Revancha de un amigo (1987), de Aníbal di Salvo; Perdido por perdido (1993), de Alberto Lecchi; y El faro (1998), de Eduardo Mignogna.

Pero la proyección internacional de este actor argentino se incrementó notablemente cuando dio vida en la pantalla a un simpático estafador y ratero del Buenos Aires de la crisis económica en la película Nueve reinas (2000), de Fabián Bielinsky.