Para los hombres muchas veces es atractivo una mujer fría, misteriosa y con hábitos fuera de lo común.

Chica Mala
Razones por las que los hombres prefieren a la “Chica mala” | Fuente: Universal

Los hombres confunden lo “malo” con lo sexy. Lo “malo” es emocionante. Los hombres, literalmente, han logrado incorporar la palabra en su vocabulario como sinónimo de “sexy”. Usan frases cómo, “Cielos. Qué mala“. Encontramos entonces que lo malo es sexy debido a que las cosas que un hombre planea hacer con una mujer “mala” son atrevidas, distintas, intensas. Lo malo se presta a la travesura, a probar lo prohibido, y eso es sexy.

Son tomadores de riesgos. Aquellos que los evitan son considerados débiles. En general, un hombre deberá tomar distintos riesgos en un momento u otro de su vida. Desde luego, será signo de debilidad si no “apuesta” por esa guapa “chica mala” que tomó la iniciativa y deja de lado la madurez y la inteligencia.

Las “chicas malas” son generalmente mejores en la cama. En realidad, lo que muchas chicas “malas” tienen es un buen ojo para el hombre inexperto. En público se comportarán distinto que cuando se encuentren a puerta cerrada; entonces, mostrarán lo deshinibidas que pueden ser.

Aunque no suena lógico, algunos hombres disfrutan del dolor emocional. Sí, son masoquistas. No disfrutan el dolor en sí, por supuesto, pero disfrutan de sentirdemasiado. La mayoría de las mujeres no tienen idea de lo que un hombre experimenta a un nivel físico más profundo. Así pues, las “chicas malas” los lastimarán, pero les recordarán que aún siguen respirando.

Los hombres prefieren a las mujeres que no pueden conocer completamente. Si pueden imaginar cómo es una chica por completo, es decir, adivinar su interior, les resulta aburrido. La mayoría de los hombres aman tener un poco de intriga en su vida… Y las “chicas malas” son misteriosas por naturaleza. Son reservadas y difíciles de alcanzar. No son sencillas de atrapar y son casi imposibles de mantener.

Les gusta una relación llevada (por lo menos un poco) al límite. A los hombres les gusta verse obligados a permanecer en estado de alerta, intrigados y con cierta inseguridad. Cuando dos personas se dejan de impresionarse el uno al otro, la relación seguramente estará por tambalearse.