El amor verdadero es algo que va más allá de amar las coincidencias. Un amor sincero y verdadero es enamorarse de las diferencias con intensidad.

7 cosas que debes saber del amor verdadero
7 cosas que debes saber del amor verdadero

Enamórate de ti y de la vida, después hazlo de quien quieras. Para amar sin dependencia ni necesidad hace falta valorarnos a nosotros mismos primero. O sea, para decir “te quiero” primero debes saber decir “me quiero”. El amor propio y el conocimiento de uno mismo son las claves para generar relaciones saludables.

Amar es querer sin condiciones ni excepciones. Es natural y normal que no nos guste todo de nuestra pareja. Sin embargo, las diferencias hacen hermoso y completo al amor. Si solo amamos aquello que nos gusta o de la forma en que lo idealizamos, el cariño no se podrá sostener por mucho tiempo, ya que somos seres repletos de luces y de sombras.

Amar no es necesitar, es preferir. La dependencia y el amor están tan reñidos que si les obligamos a coexistir, se destruyen. Nadie en la vida tiene la responsabilidad de completar lo que nos falta. Por eso preferir en vez de necesitar tiene como consecuencia directa otorgarle más valor a la persona que queremos, pues la valoraremos por quién es y no por lo que nos aporta.

Ser la pareja perfecta no significa no tener problemas, sino saber solucionarlos. A veces caemos en el error de creer que para que el amor funcione es necesario no tener problemas, no discutir, comprenderse al 100% y siempre estar dispuestos al otro. Sin embargo, el amor verdadero es hacer frente a lo bueno y a lo malo sin ningún tipo de anestesia. Es decir, contemplar la realidad tal cual es y resolver los problemas a través del respeto, del compromiso y de la estabilidad.

El amor verdadero no crece de la nada, se construye. Para construir el amor es necesario formar un equipo y establecer las normas del juego. Para poder saltar a la cancha deberíamos saber que son necesarias la comunicación, la escucha sincera y empática, los diálogos abiertos y la eliminación de pretensiones.

Para amar de manera plena debes establecer tus límites emocionales. Una relación sana no está fundamentada en juegos de poder ni en condiciones, sino que se basa en propósitos conjuntos, equilibrados y saludables. Así, deberíamos deshacernos de la idea del sacrificio ligado al amor.

Si el amor te aprieta, no es tu talla. Si el amor duele, significa que no es amor, que estamos confundiendo sentimientos y que nos estamos destrozando. O sea, que si nos estamos ahogando es el momento de salir del agua. No somos nosotros los que debemos cambiar para encajar con nuestra pareja, sino que quizás aún no hemos encontrado un zapato a nuestra medida. En el caso de que la relación suponga angustia, lo mejor es dejar ir.