Es importante que te plantees las razones para tomar esta decisión. No puede ser solamente porque es malo para ti.

Si tienes un motivo específico, es más fácil comprometerte con tu objetivo de dejar de fumar; por ejemplo, porque no quieres perjudicar la salud de tus seres queridos o porque quieres evitar la posibilidad de contraer cáncer.

Cualquiera sea la razón debe ser personal y lo suficientemente importante como para que logres abandonar este mal hábito.

No se trata de dejar los cigarrillos de un día para el otro y declarar que no vas a volver a fumar. La nicotina es adictiva y sin ningún tipo de terapias o medicamentos es altamente probable que vuelvas a fumar.