Sólo existe una cosa que importa de verdad y es que cada día tomemos conscientemente la decisión de amarnos. Tú me enseñaste cómo amarte y yo te enseñaré como amarme. Esa no es una conversación de ‘lo decimos-lo hacemos’. Esa un esfuerzo consciente y diario. Es pequeño y es enorme. Es hablar, demostrar y enseñarnos a través de las tareas más básicas del día. Claro, la elección es ser lo suficientemente consiente para permitir que te digan, te enseñen y te demuestren.

Hablar las cosas no es sólo lo que se requiere para estar sano, es cómo te enamoras completamente de otra persona. Es la forma en que continúan creciendo a la par a través de los años. Es verbal y no. Es algo sexual, físico, discreto y directo. Todo en la vida es un gran acto de comunicación y la meta es llegar al punto de responder las cosas que no se dicen en voz alta.