Con un pronunciado escote que dejó casi al descubierto gran parte de sus espalda, la modelo brasileña se robó todas las miradas en la alfombra roja de la Met Gala 2017, una gala a la que asistió junto a su marido Tom Brady, jugador de fútbol americano. La rubia asistió con un vestido metálico largo con el que derrochó sensualidad y se robó todas las miradas. 

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La exclusiva fiesta solo recibe a aproximadamente 600 invitados, con entradas que pueden llegar a costar hasta USD 30 mil dólares para aquellos que no son celebridades o que no están dentro de la lista de invitados.

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De este modo, esta reunión anual que este año tuvo como temática un homenaje a Rei Kawakubo, la diseñadora japonesa creadora de Comme des Garçons, fue engalanada con la presencia de la supermodelo hoy alejada de las pasarelas. La última vez que se vio desfilar a Gisel fue en la presentación de los JJOO celebrados en Brasil. Al ritmo de "Garota de Ipanema" deslumbró a los millones que presenciaban el evento.