Marcos Alberti es un fotógrafo brasileño que ha puesto en marcha una interesante iniciativa con un objetivo. Retratar cómo cambia nuestro rostro tras beber vino. Alberti, natural de Sao Paulo, reunió a unos amigos y les hacía una foto al llegar. Repetía después de que bebieran una copa. Hacía otra tras la segunda copa y una última tras la tercera. Luego ha unido las cuatro fotos y ha creado lo que ha bautizado como 'Wine Project', un interesante mural de rostros.

La principal conclusión que destaca Alberti, que admite que en este proyecto ha unido dos de sus grandes pasiones, la fotografía y el vino, es que conforme se consume más vino, más se sonríe.

“Hay un dicho sobre el vino que reza: ‘la primera copa de vino es de la comida, la segunda es la del amor y la tercera es confusión’. Quería ver si eso era verdad”, cuenta el fotógrafo en su página web.

El proyecto se llevó a cabo durante un período de un mes y seis noches. La primera imagen fue tomada de inmediato cuando sus invitados llegaban, a eso de las 8 pm, con el fin de capturar el estrés y la fatiga después de una larga jornada laboral y por el tráfico de hora pico.

"Quería mostrar el lado bueno de alcohol, porque todo el mundo siempre muestra el lado oscuro", explica el fotógrafo al sitio The Phoblographer, y añade: "Esto significa que, en un buen ambiente, con amigos y con moderación, el alcohol podría ser una buena herramienta para celebrar".