La razón por la que un hombre que baila siempre será atractivo
Un hombre que baila es el hombre más fuerte y lleno de vida.
Sal con un hombre que baila porque, probablemente, es un hombre simpático y divertido. Aunque no lo creas, es es uno de los hombres más fuertes que hay. Porque se necesita valentía para dar el primer paso y salir a bailar en medio de gente.
Cuando sales con un hombre que baila verás que bajo su fuerza hay un lado suave. Entiende el lenguaje del tacto y es lo suficientemente fuerte para escuchar. Un hombre que baila sabe cómo tomarte, pero también sabe cómo ceder. Puede sentir tu más mínimo pensamiento. Puede darse cuenta de cuando estás asustada, excitada, enamorada, confiando, feliz o triste. Cuando un hombre que baila te toma y puede girarte hacia los lados, hacia arriba o hacia él, su abrazo puede convertir un día malo es un soleado. Con un hombre que baila puedes cerrar los ojos y dejarte llevar porque no te va a dejar caer.
Verás, cuando sales con un hombre que baila él sabe cómo guiar. Porque un hombre que baila tiene escogido el camino. Cuando sales con un hombre que baila no tropiezas, por que cuando él te está afirmando ya sabe que vas con el pie equivocado. Un hombre que baila cambiará el movimiento para que tu pie equivocado sea exactamente tu pie correcto.
Un hombre que baila tiene convicciones y no tiene miedo de vivir conforme a ellas. Y si sale contigo puedes confiar de que está convencido de que tú eres una persona con la que vale la pena salir y no se echará para atrás. Un hombre que baila puede tener fuerza en sus brazos, pero su fuerza real se encuentra en que sabe lo que quiere y es capaz de divertirse.
Con él nunca tendrás una cita aburrida. Los chicos que bailan son perfectos para esas mujeres que también buscan divertirse, bailar, y conocer nuevos lugares para visitar. Son los mejores planeando vacaciones de verano y siempre tendrán energía para una última gran fiesta antes de caer rendidos.
Te contagiará su pasión. Un hombre que baila es aquel que está lleno de mucha energía y pasión, tanto por la danza como por la propia vida; así que cuando menos te das cuenta, ya estás suspirando al escuchar una buena canción.