Los leggins son de esas prendas que llegaron para quedarse, pero hay que saber usarlos.

Los leggings NO son jeans
Los leggings NO son jeans

Los leggins son muy cómodos, son la mezcla perfecta entre pantys y licra, funcionan como una especie de "pantalones" solo que mucho más delgados. Los amamos porque combinan con casi todo y los podemos usar en las 4 estaciones, además son versátiles y funcionan con diferentes looks.

Los leggins se han convertido en una prenda básica en el armario femenino y, además, los encontramos en diferentes colores, estampados, etc. Hay básicamente una sola regla para usar leggings, una muy sencilla y fácil de aplicar: Que tu blusa/vestido/tela, etc, te cubra el trasero. ¿Por qué? Tan simple como que los leggins, NO SON JEANS.

Entonces ¿cómo los puedes usar?

Sólo deben usarse con blusones o blazers largos. No queremos ver tu parte inferior, no queremos ver tu trasero. Además recuerda que no son pantalones, tampoco hay que confundirlos con los jeggins que son más gruesos. No queremos ver cómo se sacude tu cuerpo. Polos largos sí, crop-tops definitivamente no.

El largo es importante. Evita los leggins pescador, ni siquiera deberían existir en el planeta. Los leggins deben llegar exactamente hasta tus tobillos, ni un centímetro más arriba.

Usar ropa interior del mismo color. Una de la cosas más importantes a tener en cuenta, porque recordamos de nuevo que los leggins son hechos de tela delgada. Lo optimo es que lleves un polo o blusa que te cubra el trasero pero incluso a veces se nos puede levantar, para eso hay que estar preparadas y tener ropa interior a tono de lo que tenemos puesto.

Si la forma de tu cuerpo es gruesa, usa estampados grandes y evita los pequeños, pues evitarás la apariencia de mayor volumen.

Jamás compres leggins blancos. Nunca se verán bien, los colores claros le agregan volumen a tus piernas (si eres muy delgada puedes optar por otros colores claros), además de que la probabilidad de que se transparenten cosas indeseables aumenta.