"12 lecciones de vida que me dejó mi abuela antes de morir"

Los abuelos son nuestros mejores maestros y de ellos aprendemos lecciones increíbles.

"12 lecciones de vida que aprendí de mi abuela antes de que muriera"

Inhala el futuro, exhala el pasado. No importa dónde estás ahora o por qué cosas estás pasando, siempre confía en que hay una luz al final del túnel. Nunca esperes nada, no asumas nada y no demandes nada. Sólo haz lo mejor que puedas, controla lo que puedas controlar y luego déjalo ser. Porque una vez que hayas hecho lo que puedes, si el destino lo quiere, sucederá, o al menos te mostrará el siguiente paso que debes dar.

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La vida PUEDE ser sencilla de nuevo. Sólo elige enfocarte en una sola cosa a la vez. No tienes que hacerlo todo, y menos en este mismo momento. Respira profundo, y haz lo mejor que puedas con lo que tengas que hacer. Lo que inviertes en la vida, la vida te lo devolverá con creces.

Deja que los demás te acepten tal y como eres y de ninguna otra manera. Siempre di la verdad incluso si tu voz tiembla. Siendo tú mismo le añades belleza al mundo, algo completamente nuevo y único. Así que ve caminando por tu vida con confianza y no esperes que alguien más entienda tu viaje por ella, especialmente si ellos nunca han ido a donde te estás dirigiendo.

No eres lo que solías ser antes, y es completamente normal. Te han lastimado, has pasado por muchos altibajos, los cuales te hicieron lo que eres ahora. Han pasado muchas cosas con el paso del tiempo, esas cosas cambiaron tu manera de pensar, te enseñaron unas lecciones y fortalecieron tu espíritu. Conforme pasa el tiempo, nadie se queda igual pero algunas personas todavía te dirán que has cambiado. Respóndeles esto: “Claro que he cambiado. De eso se trata la vida. Sigo siendo la misma persona pero un poco más fuerte de lo que era antes“.

Todo lo que pasa te ayuda a crecer, incluso si no lo entiendes en este momento. Las circunstancias te van a guiar, corregir y perfeccionar todo el tiempo. Así que no importa lo que hagas, aférrate a la esperanza. El hilo más pequeño se convertirá en un cable inquebrantable. Que la esperanza sea tu ancla y que te ayude a entender que esto no es el final de tu historia, que el cambio de la marea finalmente te llevará a orillas tranquilas.

No quieras ser rico, enfócate en ser feliz. Cuando uno se vuelve viejo se da cuenta del valor de las cosas, el precio no importa. Al final, te darás cuenta de que los mejores días de tu vida son aquellos en los que no necesitas nada en especial para que puedas sonreír. La verdadera felicidad está en el poder apreciar los momentos y sentir la gratitud, no en buscar cosas materiales.

Sé positivo. Entiende que la mayor parte de tus desgracias está determinada no por las circunstancias sino por tu actitud. Así que sonríeles a todos aquellos que a menudo quieren hacerte sentir mal, enséñales qué es lo que les falta en sus vidas y lo que no pueden robar de la tuya.

Sé atento con las personas que quieres. A veces cuando tus seres queridos te dicen ”estoy bien“, en realidad quieren que los mires a los ojos, los abraces y les respondas “ya sé que no lo estás”. No te pongas triste si algunas personas parece que sólo se acuerdan de ti cuando te necesitan. Siéntete privilegiado de que eres como un rayo de luz que se les viene a la mente cuando hay mucha oscuridad en sus vidas.

A veces hay que dejar que una persona se vaya para que pueda crecer. Porque lo que los vuelve personas exitosas en la vida no es algo que tú hayas hecho por ellos sino aquellas cosas que les hayas enseñado a hacer por sí mismos.

A veces para obtener los resultados que anhelas, tienes que despojarte de aquella gente que no te sirve. Esto permite hacerles tiempo a aquellas personas que te apoyan para que seas la mejor versión de ti mismo. Esto ocurre gradualmente a medida que vayas creciendo. Te das cuenta de lo que eres y lo que quieres, y luego te das cuenta de que la gente que has conocido por toda la vida no ve las cosas de la manera que lo haces tú. Así que guarda los recuerdos maravillosos, pero muévete adelante.

Es mejor mirar hacia atrás en la vida y decir ”No puedo creer que lo hice“ que mirar hacia atrás y decir ”Ojalá lo hubiera hecho”. Al final, las personas te juzgarán de todas maneras. Así que no vivas tu vida tratando de impresionar a los demás. En lugar de esto, vive la vida impresionándote a ti mismo. Quiérete a ti mismo lo suficiente para nunca bajar tus estándares.

Si buscas un final feliz y no lo puedes encontrar, tal vez sea tiempo para empezar a buscar un nuevo inicio. Acepta que de vez en cuando tienes que fallar. Así es como aprendes. Las personas más fuertes, aquellas que se ríen más fuerte con una sonrisa sincera, son las mismas personas que han pasado por las batallas más duras. Sonríen porque han decidido que no van a dejar que nadie los detenga, superan sus dificultades y van hacia un nuevo comienzo”.

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