"Hermoso arte de que todo te importe un car*jo"
En la vida hay que aprender a dejar ir, a fluir y a dejar de darle relevancia a aquellas cosas que en realidad no son importante.
¿Cuántas veces te complicaste la vida por cosas que hoy son insignificantes, cuántas horas gastaste pensando en resolver un "problema" que hoy es algo trivial en tu vida? ¿Cuánto tiempo de tu vida invertiste en tratar de impresionar a alguien para que no hable mal de ti? ¿Alguna vez te pusiste a pensar en todas esas horas gastadas que utilizaste por preocuparte por cosas que hoy parecen lejanas?
A veces dejamos que las preocupaciones gobiernen nuestros días, cuando lo que deberíamos hacer es darnos cuenta que la vida es mucho más simple de lo que parece.
El periodista Mark Manson escribió un interesante artículo solo el hermoso arte de que todo en la vida te importe poco. Lo compartimos a continuación.
“En mi vida, me han importado mucho demasiadas personas y demasiadas cosas. Y al mismo tiempo, me han importado muy poco. Y todo eso que no me ha importado ha marcado una gran diferencia. Es probable que conozcas personas que en algún momento de sus vidas dejaron de preocuparse y lograron hazañas increíbles. Tal vez incluso hubo un momento en tu propia vida en la que simplemente nada te importó y te destacaste de forma extraordinaria."
“Ahora, aunque no preocuparse por las cosas parece ser bastante simple a primera vista, se trata de algo muy difícil de lograr.”
“El punto es que la mayoría de nosotros experimentamos muchas dificultades durante nuestras vidas, porque las cosas o las situaciones nos importan demasiado, especialmente cuando las mismas no merecen en lo más mínimo nuestra atención.Todo el tiempo estamos preocupándonos. Y ¿con qué fin? ¿Por qué razón? ¿Conveniencia? ¿Comodidades? ¿Una palmadita en la espalda?”
“Este es el problema. Porque cuando las cosas nos importan demasiado, cuando elegimos preocuparnos por todo, entonces nos sentimos con el derecho estar cómodos y felices en todo momento, y ahí es cuando la vida nos jode.”
“De hecho, si sólo reserváramos toda nuestra preocupación para situaciones que realmente si la merecen, nuestras vidas serían mucho más sencillas. Fracasar nos parecería mucho menos terrorífico. El rechazo sería menos doloroso. Las necesidades desagradables serían más agradables y las situaciones difíciles serían más fáciles de enfrentar. Con esto quiero decir que si pudiéramos preocuparnos mucho menos, o al menos controlar qué cosas nos importan, entonces la vida se nos haría mucho más fácil.”
"De lo que no nos damos cuenta es que el que todo te importe un carajo es un arte muy fino. A la gente no dejan de importarle las cosas así como así. De hecho, estamos hechos para preocuparnos por todo.”
“Desarrollar la capacidad de controlar y gestionar cuándo algo nos va a importar es la esencia de la fuerza e integridad. Debemos elaborar y perfeccionar nuestro sentido de preocupación a lo largo de los años y las décadas."
Sutileza 1: Que no te importe nada no significa ser indiferente; significa sentirse cómodo con ser diferente
“Esto es un error. No hay absolutamente nada admirable en la indiferencia. Esto es lo que es tan admirable: la gente que decide superar la adversidad. Mirar a la cara al fracaso y mostrarle su dedo del medio. Las personas a las que no les importa la adversidad, el fracaso, las situaciones embarazosas, ni ensuciarse las manos. Las personas que se ríen y luego lo hacen de todos modos. Porque saben que está bien. Saben que hay algo más importante que ellos mismos, que sus propios sentimientos, orgullos y necesidades. No le dan la espalda a todo en la vida, sino a aquello que no tiene importancia. Se reservan su preocupación para lo que es realmente importante. Los amigos, la familia, el propósito en la vida, incluso alguna demanda ocasional. Y debido a eso, a que eligen preocuparse por las cosas que realmente valen la pena, es que la gente se preocupa por ellos también.”
Sutileza 2: Para que no te importe la adversidad, primero debes preocuparte por algo más importante que esta
“El problema con las personas a las que les importan demasiado las cosas, es que no tienen nada importante de qué preocuparse en sus vidas.”
“Si descubres que constantemente te estás preocupando por cosas sin importancia, como esa nueva foto de tu ex novia en Facebook, la rapidez con que se agotan las baterías del control remoto, o porque te perdiste esa oferta 2×1 de un desinfectante para manos, eso significa que no tienes cosas realmente importantes en tu vida por las que preocuparte. Y ese es el verdadero problema, no el desinfectante.”
“En la vida, nuestra preocupación debe ir dirigida a algo. En realidad no existe eso de no preocuparse por nada. La pregunta es a qué cada uno de nosotros elige destinar su preocupación. Sólo tenemos una cantidad limitada de ella durante nuestras vidas, por lo que la debes gastar con cuidado."
3. Todos tenemos un número limitado de preocupaciones; presta atención dónde y con quién las gastas
“Cuando somos jóvenes, tenemos un montón de energía. Todo es nuevo y emocionante. Por lo tanto, nos preocupamos mucho por todo y por todos. A medida que envejecemos, adquirimos experiencia y empezamos a notar que la mayoría de estas cosas tienen poco impacto sobre nuestras vidas. Las opiniones de aquellas personas que nos importaba mucho antes, en poco tiempo han desaparecido. Hemos encontrado el amor que necesitamos y aquellos embarazosos rechazos románticos ya han perdido su importancia. Además nos damos cuenta de lo poco que se preocupa la gente de aquellos superficiales detalles sobre nosotros y nos centramos más en hacer las cosas por nosotros y no para otros.”
“En esencia, nos volvemos más selectivos sobre las cosas que nos importan. Eso es algo que se llama ‘madurar’. La madurez es lo que pasa cuando uno aprende a preocuparse por las cosas que son realmente importantes.
“Después, a medida que envejecemos y nos convertimos en adultos, algo más empieza a cambiar. Nuestros niveles de energía bajan. Nuestras identidades se solidifican. Sabemos lo que somos y ya no sentimos el deseo de cambiar aquello que ahora parece inevitable en nuestras vidas.”
“Y de una manera extraña, es liberador. Ya no nos importa nada. La vida es lo que es. La aceptamos, con todos sus defectos. Nos damos cuenta de que nunca vamos a curar el cáncer, ir a la luna ni a tener sexo con una celebridad. Y está bien. La vida sigue. Ahora nos reservamos nuestras preocupaciones para las cosas que verdaderamente valen la pena: nuestras familias, nuestros mejores amigos, nuestros intereses. Y para nuestra sorpresa, eso es suficiente. Esa simplificación en realidad nos hace completamente felices.”
Este artículo fue originalmente escrito en inglés por Mark Manson (un periodista de Estados Unidos) en su blog personal. Puedes leer el artículo completo aquí.