3 cosas que suceden en tu cuerpo en tu ciclo menstrual
Durante el ciclo menstrual hay ciertos cambios que se dan en el cuerpo femenino.
El ciclo menstrual se caracteriza por tener dos fases muy diferenciadas. La primera parte del ciclo, va desde el primer día de regla hasta el 14. El acontecimiento más importante es la regla. La segunda parte va del 15 al 28. En esta etapa los cambios que se suceden suponen la aparición de un cierto estado de debilidad.
En un ciclo menstrual de 28 días podemos diferenciar dos partes de más o menos 14 días cada una de ellas. Durante estas dos fases podemos pasar del decaimiento a la euforia o de la inapetencia sexual a una subida de la libido. Estos cambios son debidos a las variaciones cíclicas de dos hormonas, los estrógenos y la progesterona. Gracias a esta actividad hormonal el endometrio se descama cada 28 días, apareciendo la regla y, vuelve a regenerarse después.
La segunda mitad del ciclo, del día 15 al 28. Durante esta segunda fase los cambios que se suceden suponen la aparición de un cierto estado de debilidad. A lo largo de este período se produce un aumento de la progesterona que empieza a los 2 o 3 días de la ovulación.
1. Puedes tener infecciones más rápido. Cuando comienza tu menstruación el pH de tu vagina cambia, lo cual puede llegar a provocar que la entrada para las bacterias u hongos sea mucho más sencilla. Lo mismo pasa si tienes una mala dieta en la que abunda el azúcar y grasas, o cuando lavas tu zona íntima con agentes agresivos como el jabón. Lo que puedes hacer, sin duda, es recurrir a tu médico para que te dé el mejor tratamiento para evitar infecciones.
2. Todo te duele aún más. Sobre todo la cabeza. Todo esto se debe a que la cantidad de estrógenos en tu cuerpo disminuye considerablemente, por lo que estás más propensa a sentir mayor dolor. Acude al médico si es constante, es el mejor consejo.
3. Pero: quemas más calorías. Algo bueno tiene que haber sobre la menstruación, ¿no? Durante esta etapa es probable que tu cuerpo tenga un mejor rendimiento al ejercitarse, debido a que hay una mejor producción de estrógeno y progesterona, que alteran el equilibrio del líquido en la sangre y riñones. Hay una mayor recuperación después de un día agitado y, además, alivia el dolor.