5 cosas que pasan en tu cuerpo cuando montas bicicleta
Estos son algunos beneficios de montar bicicleta frecuentemente.
Montar bicicleta es un deporte que todas las personas podemos realizar tanto solos como en compañía de nuestros seres queridos. Este medio de transporte nos trae múltiples beneficios para la salud de las personas.
En ese sentido celebrando el Día Mundial de la Bicicleta, el Club Médico Deportivo Bodytech, ha elaborado una serie de beneficios que nos trae la utilización de las bicicletas.
Sistema cardiovascular: Montar bicicleta de manera regular reduce el riesgo de sufrir un infarto hasta en un 50%. Debido a que durante el pedaleo el ritmo cardíaco aumenta y la presión arterial disminuye, en consecuencia el corazón trabaja economizando. Además el colesterol ‘malo’ se reduce, eliminando casi las posibilidades de que las arterias se calcifiquen. Para obtener óptimos resultados es recomendable realizar la práctica de este ejercicio con intervalos que experimenten cambios de ritmo frecuentes.
Articulaciones: Una de las características más importantes de andar en una bicicleta es que el 80% del peso del cuerpo es amortiguado por el asiento de la misma, esto evita que todo el peso caiga sobre las articulaciones o cartílagos. Esta carga mínima favorece que la energía y las sustancias nutritivas puedan ser difundidas con mayor facilidad por los cartílagos.
Estado de ánimo: Durante la realización de este ejercicio se liberan diferentes compuestos químicos relacionados de forma directa con el estado de ánimo, lo que produce bienestar en quien lo practica. Pedalear está declarado como uno de los antidepresivos más eficaces, y es que está comprobado que quien practica esta actividad sufre menos enfermedades psicológicas y depresiones.
Sistema inmunológico: Es un ejercicio muy eficaz para combatir infecciones y prevenir el cáncer, ya que potencia la función de los fagocitos en nuestro organismo.
Espalda: Practicado manteniendo una postura correcta en el sillín e inclinando ligeramente el torso adelante, provoca que la musculatura de la espalda esté bajo tensión y se vea obligada a estabilizar el tronco. Así estamos evitando que se reduzca la nutrición de los discos intervertebrales, tan importantes para amortiguar los impactos, por culpa de la inactividad. Además, podemos afirmar que gracias a los movimientos regulares de las piernas se fortalece la zona lumbar y se previene la aparición de hernias discales, ya que se mantiene la columna protegida de vibraciones y golpes. A todo esto hay que añadir que el ciclismo favorece la estimulación de los pequeños músculos de las vértebras dorsales, al hacer que constantemente se compriman y extiendan.