Las señales de cáncer cervical pueden no ser tan obvias o aparentes como el cáncer de mama, pero hay maneras de detectar las señales.

El cáncer de cuello uterino es el más común de los cánceres del aparato reproductor femenino.
El cáncer de cuello uterino es el más común de los cánceres del aparato reproductor femenino.

La causa más común del cáncer de cuello uterino es el VPH (virus del papiloma humano), un virus que se contagia por transmisión sexual. 

Por suerte, el cáncer del cuello uterino es uno de los cánceres que se trata mejor, si se detecta a tiempo. Por esa razón, ninguna mujer debería ignorar estas señales de cáncer de cuello uterino.

Secreción inusual. Cuando el cáncer comienza a crecer en el interior del cuello del útero, las células de la pared del útero comienzan a deshacerse, lo que produce una secreción acuosa.

Dolor o sangrado. Cáncer de cuello uterino crece en las paredes del cuello uterino que puede resecar e incluso romper las paredes, causando malestar y sangrado. También puede haber sangrado rectal o de vejiga. Cualquier sangrado fuera de tu período menstrual se debe investigar.

Problemas urinarios. Debido a la hinchazón del cuello del útero, la vejiga y los riñones se pueden comprimir, obstruyendo el paso de la orina. Como resultado, puede no ser capaz de vaciar completamente la vejiga, causando dolor y/o una infección del tracto urinario.

Dolor en piernas, caderas o espalda. Como parte de la hinchazón del cuello del útero, los vasos sanguíneos también pueden ser comprimidos, por lo que es difícil que la sangre llega a la pelvis y las piernas, causando dolor e hinchazón en las piernas y los tobillos.

Pérdida de peso. La mayoría de las formas de cáncer disminuyen o incluso suprimir el apetito. La inflamación del cérvix uterino puede comprimir el estómago, lo que resulta en disminución del apetito y pérdida de peso.

Dolor durante las relaciones sexuales. Sentir incomodidad o dolor al tener relaciones sexuales es otro de los síntomas claves para detectar el cáncer de cuello uterino. En este caso, lo mejor es consultar al médico para que él determine la razón del dolor durante el coito.