2.- Sentir náuseas de carácter leve al comenzar el tratamiento de la píldora es muy frecuente. Sin embargo, estos síntomas desaparecen rápido. Si no lo hicieran o si las náuseas se volvieran graves o persistentes los expertos recomiendan acudir al ginecólogo inmediatamente.
3.- La píldora puede causar que el tamaño de los pechos aumente y que estos se vuelvan mucho más sensibles al contacto, sobre todo durante las primeras semanas de haber empezado a tomar la píldora. Reducir la ingesta de cafeína y de sal puede disminuir esta sensibilidad. Si esta hiperestesia no cesa, los expertos recomiendan acudir a su ginecólogo habitual.
4.- Es habitual que muchas mujeres sientan leves dolores de cabeza durante las primeras semanas de haber comenzado el tratamiento; eso sí, si no cesa, los expertos recomiendan acudir a su ginecólogo habitual para solucionar este problema.
5.- A pesar del fracaso de los estudios clínicos para revelar que las píldoras anticonceptivas causan fluctuaciones de peso, la evidencia más clara es que algunas mujeres experimentan, sobre todo, retención de líquidos, especialmente en las áreas de los pechos y de las caderas, lo que conduce a un aumento del peso corporal.
6.- A pesar de que hagamos un uso adecuado de la píldora y que no nos saltemos o se nos olvide ninguna de las pastillas, es posible que algún mes se pierda ese período menstrual. Algunos de los factores que provocan esta circunstancia son las enfermedades, el estrés, los viajes o anormalidades tiroideas.
7.- Algunas mujeres pueden experimentar cambios en la secreción vaginal que pueden ir desde un aumento general a la disminución de la lubricación vaginal durante el coito o relación sexual. Si esta circunstancia perdura los expertos recomiendan acudir al ginecólogo para descartar posibles infecciones.
Si después del tercer mes continuas experimentando molestias, es aconsejable que acudas a tu médico especialista para verificar que todo marche bien en tu cuerpo.