Jaime Bayly contó cómo Shakira tuvo que soportar sus flatulencias durante un viaje: “Se defendía con perfumes”

Jaime Bayly pide disculpas a Shakira por sus flatulencias en un avión: “Perdóname Shaki”
Jaime Bayly pide disculpas a Shakira por sus flatulencias en un avión: “Perdóname Shaki” | Fuente: Ig: Jaime Bayly

Jaime Bayly ha demostrado su talento al contar historias. En esta ocasión remarcó que una de las protagonistas de su historia fue Shakira, quien tuvo que soportar sus flatulencias. Aquí te lo contamos todo.

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Jaime Bayly contó que Shakira estuvo a centímetros de él

Jaime Bayly narró la vez que tomó un vuelo y no dudó en comer lo que le ofrecían. Sin embargo, tuvo problemas con sus flatulencias ya que consumió demasiado: “Cuando vuelo no me privo de nada. Si me ofrecen comida me la como toda, la entrada, el plato de fondo, si son dos postres me los como los dos, el pan, si es integral, blanco, el aceite de oliva, me como el snack, pido te, café (...) Luego ocurre, con perdón, pido disculpas, no quiero ofender la sensibilidad de nadie, que mi cuerpo es sometido a esa presión, mi organismo empieza a producir ventosidades, soy una máquina de producir flatulencias”.

Jaime Bayly continuó su historia y contó que Shakira estaba muy cerca de él. El conductor “la torturó” con sus flatulencias que eran contrarrestadas por el perfume de la colombiana: “Las reprimo o las dejo salir, porque a centímetros de mí, estaba una diva. Estaba a un paso, o a dos y me quiere todavía, me perdonó las críticas de la canción (…) Empecé a torturarla con esos aires viciados, y ella detrás, abandonada por su novio, con sus dos hijos atrás durmiendo (...) qué hizo entonces Shakira. Por cada flatulencia que yo despedía, ella sacaba un perfume y empezaba a rociar la cabina del avión. Su aire, hasta el mío y los colindantes y vecinos”.

Jaime Bayly: “Perdóname Shaki”

Jaime Bayly relató que sus flatulencias y el perfume de Shakira era “una batalla”. Asimismo, no dudó en pedirle disculpas a Shakira: “Una batalla tremenda, entre un indio, bárbaro, desaseado, una máquina de echar p*dos, un viejo gordo pedorro con una diosa, una diva incorruptible, que se defendía con perfumes (…) Perdóname, Shaki y te sigo amando, a pesar de mis ventosidades y flatulencias”.