Podemos ser la persona más seca, fría y nada romántica, pero cuando aparece alguien capaz de comprendernos, nuestra mente entra en un estado distinto.

7 acciones
7 acciones "asquerosas" que prueban que conociste al amor de tu vida

Besar con mal aliento. Una de las cosas que más disfrutamos con nuestra pareja es dormir y amanecer juntos. Pero aunque es una de las cosas más románticas, la mañana del día siguiente tiene pequeños "obstáculos", como el mal aliento al despertar. Cuando esa pequeña molestía pasa a segundo plano y deja de importarte, lo único que quieres es darle un beso al despertar, es que esa persona se ha vuelto más importante de lo que imaginas.

Dejas abierta la puerta del baño. Un clásico definitivo. Una vez que se ha perdido toda la vergüenza y sólo existe confianza, la privacidad del baño disminuye por completo. Lo que antes solía ser el único espacio en el que podían estar solos (por educación) eventualmente se hace un espacio compartido en el que alguien se puede bañar mientras el otro hace "sus deberes" o se cepilla los dientes.

Frotarse los pies. Cuando tenemos una relación seria eso pasa a segundo plano y queremos compartir todo nuestro cuerpo con la persona que amamos, desde los labios hasta los pies, sin importar si tienen callos, pie plano o cualquier otra condición.

Limpiarle lagañas sin que te lo pida. Desde quitar una lagaña del ojo hasta quitarle un moco con una servilleta a una velocidad impresionante es una forma de decir que le estás prestando atención y que, sin importar lo asqueroso que se vea, estás listo para evitar que se vea mal.

Lavar su ropa. Al vivir juntos y compartir tareas es inevitable que llegue el momento en el que a alguno de los dos le toque lavar la ropa de ambos. Estamos listos para lidiar con la parte más privada e incómoda de la relación, aunque claro, todo depende de qué tan aseada sea nuestra pareja.

Soltar flatulencias o eructar sin vergüenza. Al inicio de una relación tratamos de ser lo más lindos que se pueda y eso significa evitar un eructo o una flatulencia junto a esa persona. Solemos hacer todo lo posible para no hacerlo, incluso es doloroso; sin embargo, una vez que ya se conocen más y existe confianza, cada vez se hace más común y es más fácil aceptarlo porque es normal.

Compartir objetos de higiene personal. La prueba definitiva. Al inicio no nos atrevemos a tocar el jabón de nuestra pareja, y apenas y tomamos de su shampoo al tomar un baño en su casa, pero eventualmente deja de ser incómodo y recordamos que, si comparten tiempo, risas y su cuerpo, un simple producto no significa nada... aunque algunos considerarían un exceso usar el cepillo de dientes. Depende de cada persona.

Con información de Cultura Colectiva.