5 cosas que debes recordar para no dejarte destruir por el amor
A lo largo de tu historial amoroso experimentarás duros golpes, pero no puedes dejar que ninguno te destruya.
Un gran intento es suficiente. Si las cosas marchan mal con tu pareja, tómate el tiempo a solas para analizar críticamente qué es lo que está mal. Aunque puede ser difícil, debes reunir cada una de las piezas y aceptar qué es lo que estás haciendo mal. Una vez que tengas claras las ideas, es momento de hablar con tu pareja y tratar de llegar juntos a una solución. Si realmente deseas rescatar la relación, esfuérzate lo necesario para causar un impacto positivo en ambos. Si después de un tiempo la dinámica vuelve a ser la misma o incluso peor, es momento de terminar por las buenas.
No idealices a tu pareja. Los primeros meses son fantásticos al inicio de toda relación. Todo te parece perfecto y mientras más conoces a esa persona, sientes que no hay nadie en el mundo con esas asombrosas cualidades. Si quieres construir una relación sana y real, rompe con la dinámica de idealización, considera a tu pareja en toda su dimensión: tanto los encantos de los que te enamoraste, como su lado más complicado, desde sus aciertos y habilidades hasta sus manías, miedos y prejuicios. Sólo conociéndose tal y como son evitarán desilusiones futuras.
Si no lo demuestra, simplemente no existe. ¿Pasas el día pensando si en verdad quiere compartir contigo o solamente juega con tus sentimientos? ¿Una semana sientes que no podrías estar más enamorada y a la siguiente que no te toman en serio? Hacerte estas preguntas es un indicador de que algo no va bien con tu pareja. Todos son vulnerables al amor y hasta la persona más frívola acaba expresando sus sentimientos de alguna manera. Si tu pareja no muestra señales de lo que siente por ti o bien, te parecen insuficientes, lo mejor es terminar. No querrás vivir con la incertidumbre de saber si eres correspondida o si estás recibiendo amor con cuentagotas.
Nadie es necesario. La cultura del amor en la sociedad moderna tiende a crear un drama que se caracteriza por la dependencia emocional de dos personas que terminan consiguiendo justo lo contrario de lo que debe ser una relación de pareja. Si hiciste el intento pero la relación no dio para más, no conviertas el periodo de duelo en una negociación eterna, negándote a aceptar que tu vida no seguirá sin esa persona. Olvida la falsa aritmética. La vida sigue y pronto volverás a sonreír.
Nunca olvides quién eres. Es cierto que algunas personas que se cruzan en la vida influyen poderosamente en lo que eres y serás, cambiando algunos de tus gustos musicales, literarios e incluso perspectivas de vida; sin embargo, no por ello debes dejarte llevar. Recuerda siempre tus orígenes: de donde vienes, cuáles son tus valores y tu filosofía de vida. Necesitarás remontarte a ellos en tiempos difíciles, especialmente si terminas una relación larga y tormentosa.