8 frases que NO funcionan para conquistar a una mujer
Frases terribles que NO funcionan para conquistar a una mujer.
Por alguna extraña razón hoy en día hay hombres que usan frases terribles para "conquistar" a una mujer, lo que ellos piensan que es halagador son en realidad comentarios y preguntas molestas e incómodas que solo hacen que una mujer salga huyendo sin mirar atrás. A todas las mujeres nos gusta que nos digan cosas halagadoras, pero hay formas y maneras de hacerlo.
¿Qué tal, “amiga”?: Tu miras a los dos lados para saber si te hablan a ti, porque no puedes creer que alguien que no conoces te llame amiga. Primero porque tú no usas esa palabra a la ligera y segundo porque no podrías confiar en nadie que llama "amiga" a cualquier persona desconocida
¿Estudias o trabajas?: "No, a mis casi treinta años, aún me mantienen mis padres", es lo que pasa por tu cabeza cuando a alguien se le ocurre preguntarte algo así. Realmente no puedes creer lo patético que es que alguien te cuestione por tu situación económica y profesional para entablar una conversación.
¿Por qué tan solita?: "Vine aquí a tirarme un pedo, por eso estoy sola", es lo que quisieras decir.
¿Por qué tan bonita y sin novio?: "Porque prefiero estar así antes que conocer a limitados mentales como tú". No entiendes cómo alguien puede encontrar atractivo decir esto, realmente no comprendes porque piensan que esta pregunta funciona.
“Mi amigo quiere conocerte”: ¿Y ese amigo dónde está? Nada más patétito que un hombre sin valor para dar un paso, si el sujeto en cuestión tiene que recurrir a juegos tontos para ir por alguien que considera atractiva, te da al impresión de ser un cobarde sin personalidad.
“Me acabo de enamorar”. Tú miras para un lado y luego para el otro y piensas, ¿me está hablando a mí? porque es humanamente imposible que alguien se enamore en, no sé, ¿5 minutos?. Es lo más falso que una persona puede decir porque NI SIQUIERA SABE TU NOMBRE.
“Eres diferente a las demás“: Gracias a Dios todos lo somos, no es que haya descubierto la pólvora.
“Siento que ya te conozco, como de otra vida”. Y tú no sabes si preguntarte si no se habrá caído de cabeza antes de ir a hablarte o si reírte en su cara por lo patético del comentario.