Las rutinas de lavado, por lo general, son heredadas y solemos repetir los consejos de nuestras madres sobre cuál es la mejor forma de hacerlo.

Si mamá nos decía cuando éramos pequeñas que debíamos usar el shampoo dos veces, lo más probable es que lo sigamos haciendo durante toda la vida. El problema, es que a veces esas costumbres pueden provocar que no lavemos nuestro pelo de la forma en que deberíamos. Por ejemplo:

- Una de las equivocaciones más comunes en este sentido, es lavar el pelo más seguido de lo que realmente se necesita. Está bien, a nadie le gusta tener el cabello sucio y tampoco ayuda mucho a nuestra imagen personal, ten en cuenta que al hacerlo, estamos dejando desprotegido el cuero cabelludo y quitándole todos los aceites naturales que el pelo necesita para crecer sano.

- Otro de los errores que cometemos en la rutina de lavado de cabello, es enrollarlo y frotarlo demasiado con la toalla para secarlo. Al frotarlo, estamos haciendo que las puntas abiertas se abran aún más, lo que después resultará en un pelo con más frizz. Dejemos que se seque naturalmente.