Esto es lo que pasa en tu cerebro cuando rompes con alguien, según la ciencia.

Esto es lo que pasa en tu cerebro cuando terminas con alguien
Esto es lo que pasa en tu cerebro cuando terminas con alguien | Fuente: Mosuno | Fotógrafo: Mosuno

Todos hemos tenido en nuestras vidas a alguien que nos ha dejado nocaut. Las malas rupturas nos dejan vacíos, desolados, confusos. El cuerpo tiene que volver a adaptarse a estados que ya no entiende. Sentimos como si nos hubieran arrancado una parte de nosotros mismos... y lo cierto es que algo de eso hay.

Estudios científicos han mostrado que las parejas implicadas en relaciones a largo plazo desarrollan memorias interconectadas, convirtiéndose cada individuo en parte de un sistema del que dependen ambas personas.

Cuando la relación se acaba, esa desconexión se vive de una manera traumática. Es como si nos hubieran amputado una extremidad, y el cuerpo reacciona anhelando esa dependencia aprendida, de una manera similar al síndrome de abstinencia de quien está enganchado a cualquier sustancia.

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Definitivamente, no es sólo cosa de poetas: desde un punto de vista neurológico, el amor se parece a las drogas.

El disgusto de la ruptura activa procesos neuronales concretos en nuestro cerebro. Todo lo que nos recuerda a la persona amada sigue desencadenando actividad en el denominado "circuito de recompensa cerebral", que desempeña un papel fundamental en la motivación, el deseo, el placer y la valoración afectiva.

Cualquiera que haya pasado por una ruptura traumática sabe que eso de "los dolores del corazón" es más que un recurso lírico. La ciencia lo corrobora.

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Estudios enfocados a estudiar la actividad cerebral de personas hundidas tras una ruptura muestran que, más allá de los sistemas de recompensa, los estados de abatimiento romántico también generan actividad en regiones cerebrales que controlan la angustia y el dolor físico.

Más exactamente, los resultados de esos trabajos muestran actividad en los sistemas que controlan la manera en la que el cuerpo reacciona ante el dolor. En respuesta a esos estímulos, esos sistemas pueden desencadenar reacciones como, por ejemplo, liberar hormonas del estrés que pueden afectar a la actividad normal del sistema digestivo o el corazón.

Fuente: playgroundmag.net