11 cosas de sexo que las mujeres sólo hablan con sus amigas
Las mujeres hablan de su vida sexual con sus amigas más cercanas.
Tamaño y forma del pene. Grande, pequeño, colosal o diminuto; grueso, delgado o de los que rompen por la mitad. Y sí, utilizamos ademanes de todo tipo y somos tan gráficas como puede ser posible. En este punto también discutimos cosas como la circuncisión o los lunares que puedan tener en sus partes nobles.
Testículos. Discutimos sobre la forma y el color, el tamaño, peso, caída y si son firmes o flácidos. También podemos mencionar si rebotaban como pelotas de tenis o la cantidad de vello que había allá abajo.
Los gestos. Porque hay quienes parecen que están siendo poseídos, otros que les duele, los que paran la trompa o se sonrojan tanto que creemos que van a explotar.
Duración. Está el ‘un minuto’, el promedio, el que termina por rozarnos porque no más no acaba y cualquiera en medio de estas categorías.
El sabor. Porque como mencionaba arriba, si aplican la eyaculación sorpresa en medio del sexo oral, es inevitable percibir el sabor de su semen. Los hay amargos, neutros, más ácidos, más dulces, en fin, un buffete.
El sudor. Hay algunos que no sudan ni una gota, otros que les escurre lo normal por la frente, pecho y espalda, pero otros que parecen salidos de un sauna y no, no nos parece divertido embadurnarnos con sus jugos.
Oratoria. No hay nada peor que sentirse en medio de un interrogatorio cuando estamos con alguien: ‘¿te está gustando?’, ‘¿sientes rico?’, ‘¿voy bien?, ‘¿qué piensas?’… en fin, ustedes saben perfecto las líneas que se les escapan en esos momentos. A veces sorprende y puede ser muy sexy, pero no callarse la boca es lo peor que pueden hacer, o por el contrario, hacernos sentir que estamos teniendo sexo con un mudo.
Habilidades manuales. Algunos parecen que en su vida pasada modelaron arcilla por su increíble habilidad para tocar y acariciar, sabiendo exactamente cuándo y en dónde ejercer mayor presión y fuerza haciendo despliegue del arte de los dedos. Están también las manos quietas que no se mueven para nada de un punto y los que amasan con fuerza como si fuéramos un juguete de plastilina. También, no cualquiera sabe utilizar los dedos para.
Posiciones. Tal vez no pasaron del misionero o quizá hicieron un repaso exhaustivo del kamasutra. Mínimo, tuvieron que haber pasado por la plancha, el perrito, cowgirl, o la cucharita para verdaderamente dejar una huella en nuestra memoria; o en su defecto, ser un experto en cualquiera de las posturas.
De las nalgadas. Dar nalgadas puede ser de las cosas más sexys en el mundo, si lo saben hacer. Hay quienes se emocionan demasiado y parece que más bien están descargando su furia con nosotras, y los que dan palmaditas como si estuvieran apapachando a un perro. Lo ideal es el punto medio.
Sexo oral. Nos quejamos con nuestras amigas cuando les gana la emoción y nos jalan la cabeza con fuerza hacia su pene. Dos cosas: sabemos cómo hacerlo y si quieren algo, sepan cómo pedirlo, porque jalar o empujar la cabeza no es para nada sexy. Y cuando ustedes nos regalan una sesión de cunnilingus, evaluamos desde sus habilidades con la lengua, hasta la mirada que nos echan desde abajo SIEMPRE.