Sexo casual puede ayudar a superar una ruptura amorosa
El sexo, además de ser una distracción en algunas situaciones, es importante para una vida feliz.
Pasar por una ruptura nunca es fácil, sea que el termino de la relación haya sido por decisión propia o por la de la otra persona, cortar una historia con alguien que creíamos iba ser nuestro compañero a futuro, es algo que duele inevitablemente.
Cuanto más tiempo hayas compartido con tu ahora ex, más cuesta arriba se hará la recuperación. Hazte a la idea de que esto no va a ser un proceso de días. Puede llevar semanas o meses. Y habrá recaídas, momentos de desesperación, de autoculpa, de negación, de creer que todo es un mal sueño.
Hay que atravesar un proceso de duelo. Es una etapa dura, desagradable, con varias fases. La primera es la negación. No aceptamos que se ha acabado, alimentamos esperanzas de que el otro pronto volverá. Después sufrimos ira y rencor por la ruptura. Cuando la evidencia de que aquel amor no volverá pasamos por un momento de tristeza, incluso depresión. Finalmente aceptamos y asimilamos que eso es un punto final con nuestra pareja.
Y un punto y aparte en nuestra vida. Toca aprender a hacer lo mismo que antes pero sola. O con amigos. Has perdido un compañero pero has ganado tiempo para ti. Retoma la relación con tu entorno, da cabida a otras personas en los espacios donde antes estaba tu pareja. Apóyate en la familia o en tu núcleo íntimo en los momentos de bajón, que los habrá. Acepta esa invitación para tomar con los de la oficina o con la gente del gimnasio. Propón quedadas con las amigas.
Y, si en el camino te invitan a salir, no huyas y acepta. No porque vayas a empezar una relación, sino porque es importante que despejes tu mente y abras tu espectro.
Lo que dice la ciencia sobre el sexo posruptura
En la Universidad de Missouri, Lynne Cooper realizó un estudio sobre motivación y conducta tras una ruptura sentimental con 170 estudiantes que acababan de finalizar una relación amorosa duradera. En el primer mes de investigación encontró que un 35% de su muestra había recurrido al sexo como estrategia para combatir la tristeza y olvidar a su ex; y un 25% de este grupo había utilizado el sexo “de repuesto” como venganza hacia su antigua pareja.
Como ya sospechaban, los estudiantes que no habían tomado la decisión de poner punto y final a la relación (los dejados) mostraban mayor propensión a ese sexo “de repuesto” debido a la carga de ansiedad ocasionada por la ruptura. Sin embargo, fue más curioso que los estudiantes que optaban por el sexo para superar la ruptura continuaban saltando de pareja en pareja incluso cinco meses después del final de relación.