¿Piel sensible? Cuatro consejos para cuidar tu piel todos los días
La piel nos protege a diario de la contaminación, bacterias, rayos solares y más. Sigue estos consejos para cuidarla, sobre todo, si tienes piel sensible.
La piel es el órgano más grande del cuerpo y cumple una función muy importante: es la encargada de protegernos de factores externos a los que nos exponemos a diario como los rayos solares, las temperaturas bajas o altas, la contaminación, las bacterias presentes en diversas superficies que tocamos, entre otros.
Cuidarla y protegerla es fundamental para gozar de salud y para realizar nuestras actividades diarias sin problemas; sin embargo, cuando tenemos piel sensible debemos tener mayor cuidado general: desde a dónde vamos, qué productos y qué tipo de ropa usamos, cómo nos alimentamos o incluso cómo la limpiamos.
¿Por qué tengo piel sensible?
Cuando la piel se expone a factores que la estresan, se vuelve sensible y puede presentar diversas reacciones como manchas, granitos, irritación, alergia, descamación o resequedad. La piel sensible es una condición que puede tenerse desde el nacimiento o también puede aparecer como reacción ante un agente específico.
Algunos aspectos externos que pueden provocar o agravar la piel sensible son la contaminación ambiental y la temperatura, así como ciertos tipos de maquillaje, jabones o cremas, detergentes, alimentos, ropa, entre otros. También puede deberse a factores internos como los cambios hormonales o la genética.
Consejos para cuidar la piel sensible
Mientras que una piel regular tiene más resistencia a los cambios externos, una piel sensible reacciona de forma más rápida, por lo que es fundamental mantener un cuidado especial todos los días. Así no solo evitamos problemas cutáneos mayores como eccemas, heridas o infecciones, sino que también podremos desarrollar nuestra rutina con normalidad y sin molestias.
Sigue estos cuatro consejos para cuidar tu piel todos los días:
1) Límpiala con productos no agresivos
Una rutina de limpieza adecuada ayudará a eliminar las células muertas y controlar el exceso de grasa en la piel. Es recomendable limpiarla dos veces al día (por la mañana y por la noche) utilizando productos específicos para tu tipo de piel que ayuden a limpiarla, hidratarla y protegerla.
Al elegir estos productos, revisa que no incluyan agentes agresivos como alcohol, jabón, perfumes o colores fuertes con tinte. Si vas a exfoliar tu piel, trata de no hacerlo de forma seguida y que el proceso no sea agresivo. Evita caer en la higiene excesiva, ya que puede resecarla.
2) Hidrátala
Esto ayuda a que las células y tejidos de la piel puedan defenderse de los factores externos que aceleran el envejecimiento cutáneo. Además, ayuda a que la piel esté fresca, sana y lisa, evitado la descamación.
Consume bastante agua y utiliza productos certificados, seguros y suaves como Bepanthen® Crema que favorece el proceso natural de regeneración de las células de la piel, contribuyendo de esta forma a la rápida recuperación frente a las agresiones y manteniéndola hidratada.
crea una capa delgada sobre la piel que la protege de factores externos dañinos y acelera su proceso natural de regeneración. Además, esta crema no contiene perfume ni colorantes y puede utilizarse con tanta frecuencia como sea necesario.
3) Protégela del sol
No importa si es verano o invierno, es importante que cuides tu piel de los rayos solares usando protector solar a diario. Así evitarás el riesgo de sufrir alteraciones o afecciones que pueden llegar a ser permanentes como el cáncer de piel.
Procura que el protector solar tenga un número de FPS (Factor de Protección Solar) mínimo de 30. Este número determina el nivel de protección que el producto brinda contra los rayos UVB. Mientras sea mayor, indica que ofrece mayor protección.
4) Cuídala de climas extremos y del agua caliente
Evita pasar mucho tiempo en lugares donde la temperatura es extrema (mucho calor o mucho frío). En el caso de lugares con mucho sol, ya sabes que debes utilizar bloqueador solar; en el caso de lugares muy fríos y con viento, usa prendas adecuadas para estos climas.
De igual forma, cuando tomes duchas o baños, evita usar agua caliente porque deshidrata tu piel. Por el contrario, trata de usar agua tibia y de no sobar el jabón con mucha fuerza sobre la piel para no maltratarla.
Además de estos cuatro consejos, recuerda mantenerte hidratado y llevar una alimentación saludable que incluya frutas, verduras y alimentos con gran cantidad de antioxidantes para combatir el envejecimiento cutáneo prematuro. Ante cualquier duda, problema o para un chequeo, debes acudir a tu médico especialista o dermatólogo y seguir sus recomendaciones.
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